martes, 3 de mayo de 2011

Reflexiones acerca de la Obediencia

Muchas veces decimos cosas sin saber su verdadero significado y más aún, sin saber las implicaciones que estas cosas pueden traer a nuestras vidas, por lo tanto, no podemos decir cosas a la ligera o por decirlas. Reflexionemos en torno a lo que el maestro ha dicho.

La Obediencia de Abraham
El maestro enseñando a sus discípulos les dijo: Lucas 6:43-45. “No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.” (RVR).

Cabe, entonces, la pregunta: ¿Qué tesoro tienes en tu corazón? ¿Cómo hablas o te refieres de los demás o de ti mismo? ¿Son buenas cosas o malas cosas?

Porque el Señor ha dicho "porque de la abundancia del corazón habla la boca"... "porque cada árbol se conoce por su fruto". Entonces, sí el árbol se conoce por su fruto, y sí, de la abundancia de lo que atesoramos en nuestro corazón hablamos: ¿Qué clase de árbol eres?

Por eso el Señor dice en el versículo siguiente (Lucas 6:46) "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" (RVR).

Sí Jesús, el mesías, el que tiene un nombre sobre todo nombre, es y así decimos, que es nuestro Señor, ¿entonces por qué no hacemos lo que él nos dice, sino lo que nosotros decimos?

Hay muchos ejemplos de obediencia y desobediencia en las escrituras pero los más marcados de los cuales siempre se hace referencia son los de David y Saúl. Se dice que David era un hombre conforme al corazón de Dios porque era obediente y que Dios rechazó a Saúl porque le era desobediente.

En 1 Samuel 15:22-23, leemos lo siguiente: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. (RVR).

Vemos, entonces, que lo que tanto Jehová como Jesús demandan de nosotros es obediencia. En estas dos acciones está la clave del servicio a Dios: Obedecer y prestar atención.

Sí decimos que servimos a Dios y que Jesús es nuestro Señor debemos obedecer en todo lo que se nos ha mandado y prestar atención en cuanto a la obediencia a las cosas que tenemos que hacer para agradar a Dios y ser conforme a Su Corazón. No debemos preguntarnos, si quiera, ¿por qué? Sólo obedecer.

El Apóstol Pablo nos enseña: Romanos 6:16: “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (RVR). Y luego añade: Romanos 6:18: “y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.” (RVR).

De la carta a los corintios aprendemos: 1 Corintios 7:22-23: “Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.” (RVR).

Entonces, nosotros somos esclavos de Cristo, debemos servirle con obediencia y con amor, porque Él nos compró con su sangre. Por esa razón le llamamos Señor. Porque Él es Señor de todos. Hechos 10:36: “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.” (RVR). Y el Apóstol Pablo nos dice: Romanos 10:12-13: “Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” (RVR).

Debemos, entonces, obedecer al Señor, por cuanto le debemos el habernos rescatado del pecado y de la muerte y pagó con su propia sangre por nosotros, como dice en Romanos 5:8: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (RVR).

Esto es en lo que debemos pensar siempre: 2 Corintios 5:14-15: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (RVR).

Te invitamos a que te pongas en contacto con nosotros, puedes visitarnos a cualquiera de nuestros servicios que aparecen al lado izquierdo de esta página o a través de los siguientes números telefónicos: 0264-2414286 – 0416-6687872 – 0416-7530565. También a través de nuestro correo electrónico iglesianaciongrande@hotmail.com; búscanos en Facebook en Iglesia Cristiana Nación Grande; o bien si lo prefieres, puedes colocar un comentario al pie de la nota.

2 comentarios:

  1. EXCELENTE esta reflexiòn.

    ResponderEliminar
  2. Muy buena reflexión, les invito a mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
    COMPARTO MI TESTIMONIO DE SANIDAD DE CANCER INVASIVO PARA LA GLORIA DE DIOS.
    reciban muchisimas bendiciones.

    ResponderEliminar