miércoles, 30 de junio de 2010

El Señor es mi pastor. ¿Es realmente mi pastor? ¿Y tú? ¿Qué dices?

Salmo 23. Salmo de David.
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días. (RVR1960).

Matthew Henry, en su comentario de la Biblia, hablando acerca del Salmo 23 dice:

SALMO XXIII
Confianza en la gracia y el cuidado de Dios.
“Jehová es mi pastor”. Estas palabras enseñan al creyente a experimentar satisfacción por el cuidado del gran Pastor del universo, el Redentor y Preservador de los hombres. Con gozo reflexiona que tiene un pastor y ese pastor es Jehová. —Un rebaño de ovejas, dulces e inofensivas, que se alimenta en pastos verdes al cuidado de un pastor tierno, diestro y vigilante, constituye un emblema de los creyentes traídos de vuelta al Pastor de sus almas. —La mayor de las abundancias sólo es una pastura seca para el impío, que se deleita sólo en lo que complace a los sentidos, pero para el santo, que por fe saborea la bondad de Dios en todo lo que disfruta, aunque tiene poco del mundo, es pasto verde. El Señor da quietud y contentamiento mental, cualquiera sea la suerte. Somos bendecidos con los verdes pastos de los mandamientos; no pensemos que basta con pasar por ellos; permanezcamos en ellos. —Las consolaciones del Espíritu Santo son las aguas de reposo a las cuales son conducidos los santos; los arroyos que fluyen de la Fuente del agua viva. —Son conducidos a las aguas de reposo del consuelo los que andan en sendas de la justicia. El camino del deber es el camino verdaderamente placentero. La obra de justicia es la paz. En esas sendas no podemos andar si Dios no nos guía a ellas y nos sigue guiando en ellas. El descontento y la desconfianza proceden de la incredulidad; un camino inestable es la consecuencia; entonces, sencillamente confiemos en el cuidado de nuestro Pastor y obedezcamos su voz. —El valle de sombra de muerte puede denotar la aflicción más severa y terrible o la sombría dispensación de la providencia bajo la cual puede haber llegado a estar el salmista. Entre la parte del rebaño en la tierra y la que se ha ido al cielo, la muerte yace como un valle oscuro que se debe pasar yendo de una a otra, pero, aun en esto, hay palabras que aminoran el terror. Sólo es la sombra de muerte: la sombra de una serpiente no pica, tampoco mata la sombra de la espada. Es un valle, sin duda hondo, tenebroso y cenagoso, pero los valles son a menudo fértiles y, así la misma muerte es fértil en consolaciones para el pueblo de Dios. Es un camino que atraviesa; no se perderán en este valle, sino llegarán a salvo a la montaña del otro lado. La muerte es un rey de terrores, pero no para las ovejas de Cristo. Cuando llegan a morir, Dios reprende al enemigo; Él las guiará con su vara y las sustentará con su cayado. En el evangelio hay bastante para consolar a los santos cuando mueren, y bajo ellos están los brazos eternos. —El pueblo del Señor tiene un festín en su mesa con las provisiones de su amor. Satanás y los malos no son capaces de destruir sus consolaciones cuando ellos están ungidos con el Espíritu Santo y beben de la copa de la salvación que siempre está llena. —La experiencia pasada enseña a los creyentes a confiar que el bien y la misericordia de Jehová los sigan todos los días de su vida, y su deseo y determinación aquí es buscar su felicidad en el servicio de Dios y esperan disfrutar de su amor por siempre en el cielo. Mientras estén aquí, el Señor puede hacer grata cualquier situación por la unción de su Espíritu y los beneficios de su salvación. Pero quienes se satisfarán con las bendiciones de su casa deben estar cerca de los deberes de esta.”.

Sin duda alguna, éste es uno de los Salmos más conocidos de la Biblia, casi tanto o más que Juan 3:16; aún hasta para los inconversos. Pero también es uno de los menos entendidos y puestos en práctica en nuestra vida diaria.

En Hebreos 4:12 dice: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”. Esto quiere decir, entre otras cosas, que toda la Palabra de Dios es aplicable a nuestra vida diaria; “Porque la Palabra de Dios es viva”, no es letra muerta.

Si confiamos en Dios como ese Pastor de Pastores y Señor de Señores, Rey de Reyes y El Todo Poderoso, entonces, debemos confiar en lo que dice en su Palabra “porque fiel es el que prometió” (Hebreos 10:23); además; Pablo dice a los Corintios: “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”, (2 Corintios 9:8) y a los Efesios les dice: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” (Efesios 3:20) y otra vez, a los Filipenses les dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.”. ¡AMÉN!

Confiados es estas palabras, podemos exclamar como el salmista ¡“Jehová es mi pastor; nada me faltará”! Recordemos que también el salmista dice: “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.” (Salmo 27:10). ¡Esto es estar plenamente seguro y confiado en Dios! Debemos entender que Dios quiere cuidar de nosotros, pero nosotros a veces estamos tan ocupados tratando de cuidar de nosotros mismos, que le imposibilitamos al Señor hacerlo y recordemos también que Él es un caballero y nada hace por la fuerza o por la imposición. Él Señor Jesucristo dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”. (Mateo 11:28-30).

Entonces, debemos tener siempre presente en nuestra mente, que Dios nos va a suplir nuestras necesidades, que no nos va a dejar pasar mucho tiempo por malos ratos o malas situaciones. ¡NO ES UNA UTOPÍA! ¡ES UNA REALIDAD! Es tan cierto como tú y como yo. Si Dios dice que va a cuidar de mí, tengo que creerlo. ¿Por qué creo siempre que me pueden suceder cosas malas y no creo que me puedan pasar cosa buenas? Recordemos: “fiel es el que prometió”, “el que también hará”. El Salmista dice: “Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.” (Salmo 37:5). Entonces debemos creer que Dios realmente es mi Pastor y que nada me faltará, que me va a colocar en lugares de delicados pastos para que yo pueda descansar y se conforte mi alma porque Él me guía, me cuida y me protege; y cuando me pasa algo, Él me lleva en sus hombros, cuando voy pasando por malos momentos y malos ratos, Él me infunde aliento, me da ánimo. Y en presencia de satanás y sus demonios, que son mis enemigos, me alimenta con su palabra, con su amor, con su gracia, con su poder, con su misericordia; dándoles a entender a mis enemigos, “los problemas”, que Dios está conmigo así ellos me estén angustiando por el momento; como diciendo: “este es mi hijo amado en quien tengo complacencia”, no puedes tocarlo más allá de lo que yo pueda permitir.

Estamos ungidos con el Espíritu Santo de Dios y hemos bebido de la copa de la Salvación que siempre está rebosando en nuestras vidas. Entonces podemos decir confiadamente: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.” ¡AMÉN! ¡Visualícelo! Mire como el bien y la misericordia van con usted a todas partes que vaya en su vida diaria. Donde quiera que vaya irán con usted, detrás de usted, el bien y la misericordia, y delante de usted, Jehová de los Ejércitos como Poderoso Gigante. ¿Quiere más? Pues hay más, “a sus ángeles mandará acerca de ti”.

Veamos una de las manifestaciones más grandes del amor de Dios hacia los que confían en Él: “Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.” (Salmo 91:7-16). Pero esto lo explicamos en otra ocasión.

Si el Señor ha iluminado tu vida, tanto como la mía, con estos pasajes maravillosos de Su Palabra, dale gracias y pídele que se glorifique en tu vida. Y si por el contrario, eres de los que aún no tienen su salvación, pídele que te reciba como su hijo, dile que te perdone de todos tus pecados y que lo recibes en tu corazón como Señor y Salvador y Él estará en tu corazón y en tu vida todos los días que Él te dé y lo que es mejor, tú estarás con Él; y congrégate, ya que es en la Iglesia “la reunión de los santos”, donde Dios “envía bendición y vida eterna”.

¡Que Dios les continúe Bendiciendo!

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