Amigo(a), ¡Jesús oró por ti!

¡Sí, oró por ti y por mí! Hace más de 2000 años El Señor Jesús con su gran amor con que nos amó (y nos ama aún), preocupado por nosotros que todavía no habíamos nacido (¡ni pensábamos!) oró a Dios por nosotros.

Quizás leerás esto con incredulidad y te preguntarás ¿cómo puede ser esto?, pensarás que quiero engañarte, pero ¡nada más lejos de mis intenciones! Dejemos que sea el Señor mismo quién te lo diga para que creas, ya no sólo por mi palabra, sino por la Palabra de Dios que es viva y eficaz.

En el evangelio según San Juan 17:20 leemos: “Más no te ruego solamente por éstos, sino también por lo que han de creer en mí por la palabra de ellos”. Puedes buscarlo tú mismo en tu biblia o busca una si no tienes y léelo por ti mismo.

El Señor Jesús antes de ser crucificado por todos nosotros cuando oró al Padre le rogó, fíjate que dice: “… te ruego”, no dice te pido o te solicito, no, Él hace una súplica al Dios Padre por todos los que habíamos de creer en Jesucristo por la palabra de los Apóstoles. ¡Esto demuestra el gran amor que tiene Jesús por ti! De otra manera, ¿Para qué pedirle al Padre por alguien que no le importe? Pero Jesús estaba muy claro en su misión al venir a este mundo a salvarnos. Leemos en Juan 3:16-17: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”. Por eso, le pidió Jesús al Padre por ti y por mí y por nuestros familiares y amigos, por toda la humanidad, para que creyendo en Él no nos perdamos, sino que, por el contrario, tengamos Vida Eterna a su lado.

Cuando crees en Él y haces lo que te pide, es decir, cumples sus mandamientos, esa vida eterna se activa en ti y ya no estarás más sólo o enfrentarás tus problemas sólo porque Jesús estará contigo y entonces entrarás en la promesa de Jesús en Juan 17:24, donde él mismo dice: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo…”. Y de igual manera podrás enfrentar todos los problemas que se te presenten, porque Jesús estará ahí para ayudarte, porque en Jesús todo lo puedes porque Él es quien te da la fortaleza. (Filipenses 4:13).

Te invitamos a recibir a Jesús en tu corazón para que honres el sacrificio que hizo por ti y para que seas hecho hijo de Dios, como dicen las escrituras en Juan 1:12-13: “Más a todos lo que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.

Amigo(a), si has creído que Jesús vino a darte Vida Eterna y para hacerte hijo de Dios y quieres tener esa Vida Eterna y ser hijo de Dios, te invitamos a hacer esta pequeña, pero poderosa oración: “Señor Jesús, gracias por venir a este mundo a morir por mí y a darme la oportunidad de ser hecho hijo de Dios, reconozco que he pecado y te pido que perdones todos mis pecados, confieso con mi boca que eres el Hijo de Dios y te acepto como mi Señor y Salvador personal, prometo seguirte y obedecerte por siempre, Amén”.

Si has hecho esta poderosa oración te invitamos a que te pongas en contacto con nosotros, puedes visitarnos a cualquiera de nuestros servicios que aparecen al lado izquierdo de esta página o a través de los siguientes números telefónicos: 0264-2414286 – 0416-6687872 – 0414-6183104. También a través de nuestro correo electrónico iglesianaciongrande@hotmail.com; búscanos en Facebook en Iglesia Cristiana Nación Grande; o bien si lo prefieres, puedes colocar un comentario al pie de la nota.

¡Que Dios les continúe Bendiciendo!